Hoy nos reunimos para rendirle homenaje a nuestro prócer, el General José Gervasio Artigas, ya que hoy se cumplen 173 años de su fallecimiento.
Artigas el gran soldado, el estadista, el conductor del Pueblo Oriental, de esta manera podríamos dar una síntesis de su personalidad ya que era un hombre notable por sus hechos y por su pensamiento.
Se convirtió en el Caudillo de los Orientales al dirigirlos en la revolución de 1811, ganar la Batalla de Las Piedras y llegar al primer Sitio de Montevideo.
En este día, el homenaje mayor que podemos tributarle, es sin duda, el de seguir las enseñanzas que nos ha dejado al expresar su pensamiento político en las Instrucciones del Año XIII, procurando para las provincias Europeas y autónomas entre sí, darles un marco jurídico y social.
Dio muestra de capacidad, justicia, rectitud y severidad en el Gobierno de Purificación desde donde dirigió la Liga Federal.
Cuando se vio traicionado por los Caudillos de Entre Ríos y Santa Fe, mientras que la Provincia Oriental se hallaba invadida por los Portugueses que lo superaban en fuerza, teniendo a su ejército diezmado y a sus mejores capitanes hechos prisioneros, Artigas dando ejemplo de su entereza, de hombría y de amor a la patria rechaza la propuesta de honores y distinciones si deponía las armas diciendo “DIGANLE A SU AMO QUE CUANDO ME FALTEN HOMBRES PARA COMBATIR A SUS SECUACES, LOS HE DE PELEAR CON PERROS CIMARRONES”
La resistencia pudo entonces haber sido firmemente doblegada, pero la dignidad de su actitud quedo intacto el Honor Nacional.
El espíritu militar antigüista que la tradición ha dejado en esta altiva contestación, ha calado muy hondo en el Pueblo Oriental, porque en la protección de la patria no dude que siempre estará asegurada, pues las armas siempre estarán prontas para el combate, cualquiera sea el número y el equipamiento de nuestros hombres.
Es así que el General cruza el Paraná y pide asilo al Gobierno de Paraguay. Llega a Asunción y es alojado en el convento de la Merced, solo piensa en su vuelta para continuar su lucha por su ideal Republicano y Federalista que condujera durante nueve años contra enemigos y traidores contratistas unitarios del Gobierno de Buenos Aires.
Es por eso que debemos reflexionar como orientales y recordar a nuestro héroe, mirar el pasado que forma parte de nuestra Nación, el presente y el futuro que nos aguarda a todos nosotros.
El amor a la Patria es el vínculo de unión de nuestras familias, de nuestra sociedad, es una deuda con la sangre y el trabajo que donaron nuestros mayores y que nos compromete con las generaciones futuras.
La lucha por la Patria es larga y difícil, pasa por el corazón de sus hombres, no puede haber reconciliación mientras se destruye la familia y se ignore a los héroes.
Por lo tanto luchemos para instaurar la verdad, la justicia y el bien común por el General Artigas, la Patria y como núcleo esencial la Bandera Nacional, esa que imaginaron los que lucharon sin conocerla, pero sintiéndola en su corazón con fervor patrio. En ella se resume el simbolismo que enaltece nuestro ser nacional, nuestro Pabellón, debe constituir un símbolo preciso y significativo de nuestra conciencia nacional unida y ferviente.
Dijo el General Artigas “SI AUN QUEDA ALGUNO MEZCLADO ENTRE NOSOTROS QUE NO ABRIGUE SENTIMIENTO DE MORAL, PATRIOTISMO Y DESINTERES, QUE HUYA LEJOS DE NOSOTROS QUE NOS DESHONRA”.
Asimismo en la mañana de hoy participamos de la ceremonia de incineración de los pabellones patrios en la sede del Bn. "Gral. L. Olivera" de I. Mec. N 12.
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